Jesus es Juzgado por Pilato (El Juicio Romano) — Juan 18:28-19:16

Jesus es Juzgado por PilatoEl Juicio Romano de Pilato mas extendido es registrado por Juan. Los Sinopticos omiten mucho de los detalles que revelan las cortas pero significativas respuestas que Jesus ofrece al gobernador. Cuatro de las cinco preguntas de Pilato reciben contestación. Reservando su soberano derecho para no responder la última.

Al igual en el juicio Judio de Anás y Caifás, en el juicio efectuado por Pilato se cometen muchas irregularidades, además de injustificables injurias, azotes y burlas sobre Jesús. No obstante, el Señor permanece en un espíritu firme sin demandar las injusticias y maltratos abusivos que se cometen sobre Él, cumpliendo a través de su conducta serena la palabra profética «Por cárcel y por juicio que quitado;  y su generación, ¿quien la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido» (Isaias 53:8).

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Jesus es Juzgado por Pilato — El Juicio Romano (Juan 18; 28-1916)

 

Jesus es Juzgado por Anás y Caifás (Juan 18:12-27) –El Juicio Judío

Jesus es JuzgadoEl primero al equivalente de 6 diferentes juicios, algunos en forma de interrogatorios efectuados en contra de Jesús nuestro Señor comienza justo con su comparecencia ante el antiguo e influyente sumo sacerdote, Anás. Una serie de actos ilícitos son cometidos en este primer juicio que únicamente Juan relata. Los Sinopticos comienzan con el juicio ante Caifas, el Sanedrín, Pilato y Herodes (relatado únicamente por Lucas).  Descarguen todo este buen material previamente analizado en la Congregación donde sirvo y mas tarde arreglado y ampliado (usando todas las fuentes de investigación de las que dispongo) para una publicación mas difundida.

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Jesus es Juzgado por Anás y Caifás — El Juicio Judío (Juan 18; 12-27)

Jesus Afirma ser la Vid Verdadera (Juan 15:1-17)

Jesus afirma ser la Vid VerdaderaUn estudio mas para está sección de estudios expositivos sobre el Evangelio de Juan. Jesús viene haciendo categóricas y significativas afirmaciones que apuntan a Su Deidad que los Judíos comunes no fueron capaces ni de entender ni soportar. En la presente escena la afirmación de ser Él «La Vid Verdadera» es dirigida exclusivamente a sus discípulos para alentarles a seguir en su lucha ahora que él les ha declarado que se va de ellos (14:1-4).

Pero ¿Como puede una afirmación como esta ser de alguna utilidad a los Cristianos del presente tiempo? Si entendemos que la figura aunque referida en un sentido especial a sus primeros discípulos tiene una aplicación con extensión a todos los discípulos de todos los tiempos, podemos seguramente vernos reflejadados en su enseñanza de esta porción del evangelio.

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Jesus Afirma ser la Vid Verdadera y Ordena a sus discipulos a Amarse (Juan.15; 1-17)

 

«Yo soy el camino, la verdad, y la vida» Juan 14:6

 

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Les ofrecemos los resultados de un estudio detallado sobre Juan 14:6 y ese gran pronunciamiento de nuestro Señor reclamando ser o poseer TODO lo que el alma humana necesita para su peregrinaje desde su morada terrenal hasta su morada celestial. Él lo expresó en una pregunta de Tomás: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”

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Separador de Libros «Yo Soy» en el Evangelio de Juan

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Jesus llora la Muerte de Lázaro (Jn.11:35)

 

Este estudio es sólo un fragmento de un estudio mucho más amplio que comprendió la cadena de estudios semanales sobre el Evangelio de Juan, Capítulo 11. Como no he sido capaz de tener el tiempo para subir todo el conjunto como si lo tuve para los capítulos 1 al 6, estoy tratando de hacer algo al respecto. Creo, sin embargo, que este breve fragmento ayudará por ahora jesus-llora-la-muerte-de-lazaroa todos los que siguen esta cadena de estudios expositivos sobre el fascinante Evangelio según Juan. Este análisis detallado del Evangelio es conducido como parte de los estudios para la edificación que iniciamos en el verano de 2010.

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Similitudes Lingüísticas Entre Juan 8:1-11 y los Sinopticos

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 La Controversia Textual de Juan 8:1-11

Recientemente  estudiamos en la Congregación el conocido pasaje de “La Mujer Sorprendida en Adulterio” de Juan 8:1-11. Es en esta sección a la que nos hemos movido en nuestro largo y meditativo recorrido por este singular Evangelio. Fue un muy edificante estudio porque observamos lo que veníamos notando en la actitud de los judíos celosos de la Ley y su constante reproche y asecho contra todo lo que Jesús pudiera decir o hacer. Cuando los “escribas y fariseos” buscando una ocasión para acusarle le presentaron este caso de inmoralidad con la plena intencionalidad de oír un fallo errático de Jesús con respecto  a la penalización del delito de adulterio. Ellos esperaban cualquiera de las dos opciones: (1) Si Jesús aprobaba su muerte por lapidación podrían acusarle frente al gobierno Romano de sedición o tumulto en la ciudad. Dicho sea de paso, que los Romanos no consideran la muerte como penalización a causa de un adulterio. Ó (2) Si Jesús se oponía a la ley Mosaica de (Deut.17:5, 7; Lev.24:14) lo podrían acusarle de quebrantar la Ley de Moisés contra el Sanedrín y comenzarle un juicio en su contra. Aunque los escribas y fariseos estaban siendo “parciales” al presentar un sólo un integrante del delito. No habían traído también al “varón” (cf. Lev.20:10; Deut.22:21, 24).

Cuando vino la la respuesta de Jesús , está fue lanzada directamente sobre sus conciencias “El que de vosotros  esté sin pecado sea el primero en arrojar la primera piedra contra ella” (v.7). Su respuesta sacudió sus conciencias en lo más profundo y entonces  la “vergüenza vino sobre ellos” como había venido sobre la mujer al traerla y exhibirla públicamente.  Leon Morris correctamente observa: “Cuando comprendieron la fuerza de las palabras de Jesús, lo que les preocupaba ya no era el pecado de aquella mujer, sino los suyos propios” (El Evangelio de Juan, 2:523).  Pero Jesús ni defiende ni condena a esta mujer solo requiere que sus ávidos enjuiciadores realizar un examen a sus propias vidas no sea que “Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? (Rom.2:21). Los versos 9-11 nos dicen como Jesús sale bien librado de la trampa lanzada por los escribas y fariseos y como enfáticamente ordena a  la mujer a detener el pecado en su vida, “vete, y no peques más” (v.11) “vete; desde ahora no peques más” (LBLA). “vete ahora y deja tu vida de pecado” (NIV). De esta manera, Jesús venció a sus adversarios pronunciando una “sentencia” al estilo Romano (escribiendo en tierra”, vv.6, 8) pero expresándola en una forma que nadie podría llevarla a cabo!!.

Sin embargo, el pasaje de Juan 8:1-11 es considerado “Espurio” “no Canónico” del texto Griego original por la mayoría de las autoridades en la alta crítica del texto Griego. (1) No aparece en ninguno de los Manuscritos más completos y más Antiguos, como los Manuscritos Sinaítico, el Vaticano y el Alejandrino de los siglo III al IV A. C.  (2) No aparece en las versiones antiguas Griegas más primitivas.  Está también ausente de los primeros manuscritos Griegos de las formas más tempranas de los Evangelios en los idiomas Siríaco, Copto, Armenio, Antiguo Gregoriano, el Antiguo Latín y la Biblia Gótica. Además la colocación de esta porción entre “corcheas” (indicando su atestiguación textual incierta) en algunas versiones Griegas posteriores a las ya mencionadas es diversa: Algunas versiones  colocan el pasaje (Juan 8:1-11) inmediatamente después de Juan 7:52 (como es el caso de muchas versiones Españolas e Inglesas contemporáneas que usamos). Otras versiones antiguas lo sitúan después de Juan 7:36 o después de 7:44; después de Juan 21:38. Otras la sitúan después de Lucas 21:38.

Una autoridad en el Griego Koiné, el erudito Bruce M. Metzger señala: “La evidencia para el origen No Juanino del perícopa de la adultera es abrumador. Está ausente de los más primitivos y diversos manuscritos” Luego de citar el número de los manuscritos por sus claves, el Sr. Metzger dice, “Al mismo tiempo, el registro tiene todas las marcas de veracidad histórica. Es obviamente una pieza de tradición oral que circuló en ciertas partes de la Iglesia de Occidente y que fue subsecuentemente incorporada en varios manuscritos en varios lugares… Es significativo que aunque mucha de la atestiguación que contiene el pasaje es marcado con asteriscos u obeliscos, indicando que aunque los escribas incluyeron el registro, ellos estaban conscientes que este faltaba a las credenciales satisfactorias para incluirlo.  Algunas veces, es declarado que el perícopa fue intencionalmente expulsado del Cuarto Evangelio porque las palabras de Jesús al cierre eran viables para ser entendidas en un sentido muy indulgente al adulterio…. Aunque el Comité fue unánime que el pericope no fue originalmente parte del Cuarto Evangelio, en diferencia a la  evidente antigüedad del pasaje, una mayoría decidió imprimirlo, incluido dentro de dobles corchetes, en su lugar tradicional seguido de Juan 7:52” (A Textual Commentary on the Greek New Testament, 187, 188, 189)

Tres Intelineales que tengo contienen el pasaje de Juan 8:1-11 después de Juan 7:53 dando la nota al pie del margen de: “Juan 8:1-11 no es parte del Griego Original y es omitido por el Texto Receptus” (The Majority Text Greek New Testament Interlinear, 359), Una nota similar también en The Interlinerar Greek-English New Testament por George Ricker Berry, 266). La reciente publicación de la Biblia Arqueológica Nueva Version Internacional (2005) tiene la posición con una previa nota antes que dice: [Los Manuscritos más primitivos y muchas otras antiguas fuentes no tienen Juan 7:52—8:11]. Una nota al pie de esta versión dice: “La evidencia indica que está historia no fue originalmente contenida en el Evangelio de Juan. Ningún texto primitivo del Nuevo Testamento ni del Este ni del Oeste y ningún “padre” de la Iglesia, incluyen estos versos. Algunos sugieren que existieron como un registro independiente que circuló libremente por algún tiempo y fue solamente colocado más tarde en el Evangelio de Juan” (Pág. 1735). Otra reciente versión English Standard Version  (2005) incluye el pasaje en “corcheas” con la misma nota de la NIV.

Entre una serie de 18 diferentes comentaristas del texto de Juan que dispongo, sólo Richard C. H. Lenski se niega a dar cualquier exégesis de esta porción del texto en su Comentario porque considera ser una parte “espuria”. Él dice: “7:53-8:11 no es parte integral del Evangelio de Juan, sino una parte de las tradición temprana oral (antecediendo al año 70); fue puesto muy temprano en forma escrita, y una de sus dos versiones es que fue insertado en el Evangelio de Juan… La sección espuria es extraña al Evangelio de Juan, no encaja en ninguna parte en el plan de Evangelio, y es fácilmente reconocido como una interpolación en el lugar que ocupa. El lenguaje difiere indudablemente de aquel  propio de la escritura de Juan. Sin embargo, esta sección espuria reporta completamente correcta un acontecimiento verdadero en la vida de Jesús. Cada característica de ella lleva el sello de la probabilidad, aunque somos incapaces de decir en qué punto en la historia de Jesús debiera ser insertado. Debido a que Juan no escribió esta sección, no daremos exposición a ella” (The Interpretation of St. John´s Gospel, 592).

Ralph Earle tiene esta declaración en su volumen, Word Meanings in the New Testament, “Aunque la evidencia es abrumadora que Juan 7:53—8:11 no fue parte del Evangelio de Juan originalmente escrito, sin embargo, los eruditos del Nuevo Testamento concuerdan que esta fue una tradición oral probablemente correcta de un incidente en la vida de Jesús. De modo que, esta puede servir para propósitos de ilustración” (88). El erudito Jack Lewis en su artículo: Did John Write “John 7:53-81”?  (¿Escribió Juan, Juan 7:53 al 8:1?) señala que las versiones antiguas comenzando desde la primera traducción de la versión King James de 1611 contenían este pasaje (ej. Wycliffe, Tyndale, Coverdale, La Gran Biblia, La Biblia Génova, La Biblia Rehims Bible and la versión del Rey Santiago o King James) aunque admite que en ese tiempo las revisiones se hacían especialmente en Latín, no en Griego!… Manuscritos Griegos del Evangelio de Juan comenzando con el Papiro Bodmer, P66 cerca del año 200 D. C. (Juan 6:35—14:26) y P75 del Tercer Siglo (Juan 1:1—11:45) ninguno de ellos contenía esta sección” (Freed-Hardeman University 2008 Lectures—Behold the Lamb, 133, 134, 135).

Otros argumentos que se manejan contra la naturaleza espuria del pasaje es el hecho que ningún “Padre” prominente de la Iglesia cita esta porción excepto Eutimio en la época tardía del siglo 12 D. C. Aunque otros refirieren que  Dídimo el ciego, un varón Alejandrino (Egipto) del siglo IV conocía este relato. Eusebio habla de Papías contando una historia de una mujer acusada ante Jesús de “muchos pecados” que aparece en libro no canónico “El Evangelio según los Hebreos” historia que obviamente no corresponde al caso de Juan 8.

De entre una multitud de comentarios acerca de esta sección, William Hendricken tiene la mejor perspectiva de todos al sugerir: “Nuestra conclusión final, entonces, es esta: Aunque no puede ahora ser probado que está historia formó una parte integral del Cuarto Evangelio, tampoco es posible establecer lo opuesto con algún grado de conclusividad. Creemos, además, que lo que está registrado realmente tomó lugar, y no contiene nada que esté en conflicto con el espíritu apostólico. Por lo tanto, en lugar de remover está sección de la Biblia, debiera ser retenida y usada para nuestro beneficio. Los ministros no debieran ser temerosos de basar sus sermones sobre esta sección! Aunque todos los hechos con respecto a la evidencia textual debieran ser conocidos! (The Gospel According to John, 2:35).

Después de revisar estos datos de la alta crítica a nuestro pasaje (Juan 8:1-11) concluyó que seguirá abierta  al debate esta controversia. Las hipótesis que se manejan son diversas y será una difícil sino imposible tarea determinar con exactitud cuál de ellas es la verdadera. Si (1) El Pasaje existió en los manuscritos más antiguos pero fue extraído intencionalmente por algunos escribanos que suponían esta porción incitaba al adulterio, si (2) Nunca existió como parte del Texto Original del Evangelio de Juan, sino manejado como una tradición oral conocida circulada paralelamente al tiempo de Cristo, o Si, (3) esta fue una historia arreglada y más tarde incorporada al Evangelio, no hay forma de determinarlo.

He preparado el cuadro anexo en base a mis observaciones puramente “lingüísticas” similares y usadas en el resto del Evangelio de Juan y los Sinópticos para mostrar que la escena, su fraseología y el entorno coinciden casi perfectamente con los elementos básicos del entorno de Cristo.

Si Jesús permitió que la mujer “pecadora” ungiera sus pies con sus lágrimas y los enjugará con sus cabellos, y besará sus pies (Luc. 7:37-39),  y no ser avergonzó de ser llamado “amigo de publicanos y pecadores” (Mat. 11:19; Luc .7:34) seguramente habría tenido la paciencia para atender a sus enemigos implacables y detectar su verdadera motivación. Habría mostrado la compasión y misericordia hacia está culpable mujer que sus acusadores no habían tenido y habría resuelto inteligentemente la encrucijada malévolamente planteada por los escribas y fariseos de una manera similar a la relatada por Juan en su maravilloso Evangelio. Cuando le preguntaron “Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores?. Su respuesta categórica y más allá todo escrutinio fue “Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justo, sino a pecadores al arrepentimiento” (Luc. 5:30-31).

 

Jesus Alimenta a Cinco Mil personas en Galilea –La Cuarta Señal (Jn.6:1-15)

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El milagro de la multiplicación de los cinco panes y dos pecesillos representa la Cuarta “Señal” en la exposición de pruebas que Juan presenta en su evangelio para llamar a la convicción que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente.  Aquí ofrecemos nuestra investigación detallada no fácil de leer pero para un ávido lector que buscar discernir la suprema enseñanza en esta escena popular de los evangelios, su esfuerzo recompensará su interés al final.

Tal parece que Juan, en su narración, quiere dejar al lector bien claro la “Imposibilidad” desde el punto de vista  puramente humano para lograr la grande empresa sin la intervención de un poder sobrenatural. Aquí están solo unos pocos datos de los discutidos en el estudio anexo más ampliamente: (1) La Cantidad de personas era inmensa (5, 000 mil adultos varones “sin contar mujeres y niños” (Mat.14:21). Esto representaba más de la población de dos ciudades cercanas como Capernaum o Betsaida. (2) La Lejanía de los pueblos para conseguir comida inmediatamente. Estaban en un lugar “desierto” sobre las laderas de una montaña (Mar.6:35), (3) La Escasez de Recursos en la tesorería de los discípulos de Jesús. Felipe dijo que Doscientos denarios (el trabajo de ocho meses) no serían suficientes para dar de comer a semejante multítud. (4) La Hora tardía del día. Había pasado el mediodía “la hora ya pasada” (Mat.14:15), “cuando era muy avanzada la hora” (Mar.6:35). De manera que los discípulos inmediatamente reaccionaon a la orden probatoria de Cristo: “Dadle vosotros de comer” (Mat.14:16; Mar.6:37; Luc.9:13). Dos de sus discípulos (Felipe y Andrés) pronto se rindieron declarándose completamente incompetentes al no ver por ningún medio la forma de alimentarles ni siquiera con un bocado de pan para cada uno. Mientras la gente esperaba impaciente a causa del cansancio, el sol y sus estómagos vacíos. Sin embargo, en medio de todas estas condiciones apremiantes Jesús esperaba únicamente el momento oportuno para dales a ésta muchedumbre no solo el pan para sus estómagos hambrientos sino la prueba de Su deidad y glorificar de este modo el nombre de Su Padre.

Esta señal ocurre alejado de los mercados públicos para conseguir víveres y no dar lugar a sus enemigos incrédulos para despereciar la señal alegando planteamientos dificiles de probar (especialmente los fariseos y sacerdotes de ley). Jesús sabía que este milagro la gente lo contaría a sus pueblos y  difícilmente así alguien se atrevería a negar el peso testimonial de más de 5, 000 testigos oculares juntos!.

Esa tarde la multitud comió hasta “llenarse” y tener doce “cestas” de panes y peces sobrantes (Mat.14:20-21; Mar.6:42-43; Luc.9:17). Si Jesús fuese un “mero” hombre él no podría hecho nada semejante! En cambio la gente al “ver” la señal no dudo en identificarlo “como profeta” (Jn.6:14). Meses antes los Samaritanos sin la ejecución de una asombrosa “señal” sino únicamente escuchándole predicar, habían tenido una mejor percepción espiritual que aquellos Galileos al reconocer a Jesús : “éste es en verdad el Salvador del mundo” (Jn.4:42).

¿Cuál es nuestro concepto de Jesús de Nazaret después de ver sus maravillosas Obras? ¿Es el únicamente un “gran maestro”, un “gran profeta” o es el Hijo de Dios, Dios encarnado (Jn. 1:14) que vino a dar su vida por nuestros pecados y trasladarnos a su Reino espiritual (Col.1:13)?  De nuestra respuesta y obediencia depende nuestra salvación y remisión de los pecados: “Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba, vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, moriréis en vuestros pecados” (Jn.8:23-24).

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Los Siete «Yo Soy» de Jesús en el Evangelio de Juan

 

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Desde un principio como sabemos Juan el autor se ha propuesto demostrar a sus lectores que Jesús es Dios en su narración del inicio hasta el final: “En el principio era el verbo, y el verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” (Jn.1:1), “Cuando todas las cosas comenzaron, el Verbo ya existía. El Verbo mora con Dios, lo que era Dios, era el Verbo” (NEB). “Hizo además Jesús muchas otras señales… Pero éstas se ha escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Jn.20:30-31).

Para probar dicho reclamo que Jesús es el Hijo de Dios, Dios Hijo (1 Jn.5:20; Heb.1:8, etc.) Juan ha elegido una Primera carga de pruebas: El enumera “Siete Señales” que descartan toda probabilidad de solución desde el punto de vista del poder humano tales como: Convertir el agua en vino (Jn.2:1-11); Curar a la distancia a un hijo del noble que estaba a punto de morir (4:46-56), Alimentar a una muchedumbre de más de Cinco Mil personas con unos cuantos panes y pececillos (6:1-15), o Resucitar a Lázaro de cuatro días de fallecido (Jn.11:1-46).  Cada una de estas maravillas portentosas envía la señal indubitable que hay un poder extraordinario en Jesús de Nazaret que sino “viniera de Dios no podría hacer nada” (Jn.3:2).  Aunque Sus señales no se podían negar, “Y muchos creían en él, y decían: El Cristo, cuando venga, ¿hará más señales que las que este hace? (Jn.7:31), grupos radicales e incrédulos como los fariseos se empeñaron todo el tiempo en desacreditarlas  entre el pueblo argumentando que “Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el día de reposo. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales? Y  había disensión entre ellos” (Jn.9:16). O venían con la prejuiciosa y calumniosa acusación que Jesús tenía “demonio” (Jn.7:20) o era “Samaritano” (Jn.8:48).  Cuando Jesús expulsaba los demonios de los poseídos, pronto estaban ahí los fariseos para decir que Jesús actuaba bajo un poder maligno, “Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios” (Mat.12:24, cf. Luc.11:15). Cuando los fariseos habían logrado envenenar la fe de los judíos para cegarse a Sus señales, Jesús les propuso usar la lógica más fácil para juzgarlo, “Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis. Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre” (Jn.10:37-38).

Una Segunda carga de pruebas que Juan ofrece en su evangelio son las “Siete Afirmaciones” de Jesús que apuntan a su deidad como Dios. Aunque Jesús había hecho otras afirmaciones que hablaban de Su origen celestial. A la mujer Samaritana había dicho claramente después de su diálogo, “Yo soy” (“el Mesías” (Jn.4:26), y a los judíos, desmarcándose de los seres terrenales dijo: “Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque ni no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis” (Jn.8:23-24). También habló ser más antiguo que Abraham “Antes que Abraham fuese, yo soy” (Jn.8:58) o ser “Maestro y Señor” (Jn.13:13). Sin embargo, son las afirmaciones de Cristo en relación a la vida cotidiana de los judíos las que Juan elige y dónde Jesús en forma “enfática” declara cada vez su divinidad y les da un significado más profundo y sublime. Sus afirmaciones de Ser (1) “el pan de vida” (6:25), (2) “la luz del mundo” (8:12, 9:5, etc.), (3) “la puerta de las ovejas” (10:7, 9), (4) “el buen Pastor” (10:11, 14), (5) “La Resurrección y la Vida” (11:25), (6) “el camino, la verdad, y la vida” (14:6) y (7) “la Vid verdadera” (15:1, 5) son metáforas de uno que es completamente Suficiente para toda situación, Sustentador de la vida y Protector celoso de todo lo que le pertenece. Él tiene un Poder que puede otorgar vida más allá de la muerte a los que creen en Él con una fe completa y sin reservas.

Los judíos comían el pan de trigo o cebada diariamente, así que Jesús se ofrece como “el pan de vida”. Las noches de oscuridad en Palestina requerían suficiente lámparas, de modo que Jesús les dice ser “la luz del mundo”. El pastoreo era la actividad más común en Palestina y todo hogar rural había un número de ovejas para los sacrificios y el diario vivir, de manera,  que Jesús les invita a entrar por “la puerta de las ovejas” y permitir ser su “buen Pastor”.  Él no es el “asalariado” que trabajaba por dinero y no le importaban las ovejas, sino uno que estaba dispuesto a “entregar” su vida por las ovejas (Jn. 10:15-17). Debido a que el jugo de uva era la bebida común de los judíos, las parras de uvas tenían que estar en sus huertos. Jesús dice ser “la vid verdadera”. Una afirmación que lo conecta con el Padre en una estrecha e íntima relación porque “mi Padre es el labrador” (15:1, 8,9). Cada afirmación nos habla de su naturaleza divina y la clase de obra que vino a realizar Jesús a este mundo. ¿Cómo puede una mente que es inteligente y honesta negar su voluntad y vida aquel que la reclama para bendecirla con todo lo que es digno y verdadero?.

Campbell Morgan cree que el “Yo Soy” (egő  eimi) de Jesús en el evangelio es el mismo “Yo Soy” escuchado por Moisés en la zarza ardiendo en el monte Horeb (Ex.3:12-14). Si esto es así, Jesús está no sólo realizando llamativas  afirmaciones, sino que en cada una de estas Siete Él se está atribuyéndose la misma divinidad que la del Padre. Esto fue entiendo así en varias de sus controversias, “Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios” (Jn.5:18).  En otra escena, ellos le reprocharon diciendo: “Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios” (Jn.10:33). Para que no quedará duda en sus mentes, Jesús más adelante afirmó: “Yo y el Padre uno somos” (Jn.10:30).  “Mi Padre y yo somos uno” (NEB), “Yo y mi Padre somos uno” (NKJV).

Las palabras de Robert Kysar son extraordinarias al observar: “Juan usa esta expresión (“Yo soy”) para “afirmar” la divinidad del fundador de su fe…. La usa para decir que, cuando Jesús habla, Dios habla… Las palabras de Cristo son las palabras de Dios. Las Obras de Cristo son las obras de Dios. La respuesta humana ante Cristo, es la respuesta humana que se le da a Dios” (John: The Maverick Gospel, Atalanta, 1979, Págs. 44; citado por Leon Morris en El Evangelio de Juan, I: 414).

En el modernismo y la religión popular, Jesús es dibujado como “un gran Moralista”, (la opinión de muchos filósofos) “un gran Maestro” (el concepto de los “Testigos de Jehová”), “un gran Profeta” (la idea de muchos judíos en el primer siglo).Pero si él es solamente esto, y no todo lo que reclamó ser “Hijo de Dios soy” (Jn.10:36) entonces tenemos el impostor más grande del mundo, haciendo afirmaciones que el hombre común no se atrevería a hacer. Si Jesús es un “mero hombre” sus palabras suenan a los disparates más cómicos jamás pronunciados en la historia de la humanidad por un simple hombre!. El afirmo ser “el pan de vida”, “la luz del mundo” y aún más “la resurrección y la vida” de todos los que creen en Él. Sus palabras quedan sin sentido si él fue simplemente un mortal. No podemos imaginar a un mero hombre mortal haciendo semejantes afirmaciones. ¿Es Jesús Dios el Hijo o no lo Es? Una sola debe ser la respuesta!. Júzguelo usted en base a los hechos, la lógica y la razón pero “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio” (Jn.7:24).

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Jesús Sana al Hombre Imposibilitado en el Estanque de Betesda (Jn.5:1-18)

 

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De todos los enfermos que frecuentaban las aguas del estanque de Betesda es posible que el paralítico de 38 años fuese el peor en esa condición desdichada. Sus extremidades estaban paralizadas al grado que dependía de otros para ser colocado en ese lugar. Este hombre paralítico llamó poderosamente la atención de Jesús y le dijo: «Quieres ser sano» (Jn.5:6).

Evidentemente que él lo deseaba, pero Jesús quería ver la fe desde lo profundo de su corazón. La idea en el texto Griego se amplia porque esta pregunta significa «¿Pero lo deseas intensamente?» Está es una buena pregunta para nuestros amigos (as) que buscan conocer el camino a la salvación de su alma. ¿Lo desean intensamente? ¿Están dispuestos a «sacrificar» y «renunciar» a los estorbos cualquiera que estos sean?  Jesús nos enseña que nuestra obediencia a Su Palabra debe ser efectuada después de una «evaluación» (Luc. 14:26-33) «Cualquiera que no renuncie a todo lo que posee no puede ser mi discípulo» (v.33). Jesús no quiere seguidores emocionales (cf. Jn. 2:23-25), sino discípulos «verdaderos» que estén dispuestos a seguirlo aun bajo las circunstancias más adversas que se puedan encontrar (Jn.8:31; Fil.3:7-8).

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